Butia yatay (Palma de Yatay)
La Butia yatay, o Palma de Yatay, es una palmera resistente y de porte elegante, nativa del sur de Brasil, Uruguay y el norte de Argentina. Su crecimiento es moderado y su aspecto es imponente, con un tronco robusto y hojas pinnadas de color verde grisáceo que forman una corona de gran belleza. Es ideal para jardines amplios, parques y paisajes naturales, especialmente en zonas de clima templado y subtropical.
Esta palmera es muy apreciada en la región del Litoral y otras zonas cálidas, siendo capaz de soportar temperaturas frías breves y heladas ligeras. Con el tiempo, puede alcanzar entre 4 y 6 metros de altura.
Cuidados:
Riego: Moderado. Requiere riego regular en primavera y verano, especialmente en épocas de calor. En otoño e invierno, se debe reducir el riego, ya que la palmera entra en una fase de descanso.
Suelo: Prefiere suelos bien drenados, ligeramente ácidos o neutros. Tolera suelos pobres, pero se beneficia de suelos ricos en materia orgánica. Evitar encharcamientos.
Luz: Se desarrolla mejor a pleno sol, aunque tolera semisombra, especialmente en zonas de calor extremo. Un lugar soleado favorece su crecimiento y la formación de sus característicos racimos de frutas.
*Imagen ilustrativa. El producto puede presentar variaciones naturales y estacionales.*
Butia Yatay EJEMPLAR
Butia yatay (Palma de Yatay)
La Butia yatay, o Palma de Yatay, es una palmera resistente y de porte elegante, nativa del sur de Brasil, Uruguay y el norte de Argentina. Su crecimiento es moderado y su aspecto es imponente, con un tronco robusto y hojas pinnadas de color verde grisáceo que forman una corona de gran belleza. Es ideal para jardines amplios, parques y paisajes naturales, especialmente en zonas de clima templado y subtropical.
Esta palmera es muy apreciada en la región del Litoral y otras zonas cálidas, siendo capaz de soportar temperaturas frías breves y heladas ligeras. Con el tiempo, puede alcanzar entre 4 y 6 metros de altura.
Cuidados:
Riego: Moderado. Requiere riego regular en primavera y verano, especialmente en épocas de calor. En otoño e invierno, se debe reducir el riego, ya que la palmera entra en una fase de descanso.
Suelo: Prefiere suelos bien drenados, ligeramente ácidos o neutros. Tolera suelos pobres, pero se beneficia de suelos ricos en materia orgánica. Evitar encharcamientos.
Luz: Se desarrolla mejor a pleno sol, aunque tolera semisombra, especialmente en zonas de calor extremo. Un lugar soleado favorece su crecimiento y la formación de sus característicos racimos de frutas.
*Imagen ilustrativa. El producto puede presentar variaciones naturales y estacionales.*
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